El contenido de motivación y autoayuda se ve como algo de segunda categoría en algunos círculos cristianos de tendencia conservadora, un discurso «barato» que no se compara con el infinito valor de la Palabra de Dios. Personas que se dedican a la predicación, la consejería o la divulgación en redes sociales y que se van por esta línea, son criticados por su enfoque en el humanismo y en herramientas sicológicas, por supuesto, mundanas. ¿Tiene algún valor este contenido? ¿De verdad lo único que necesita una persona en cualquier etapa de su vida son versículos?

Mi amigo Edjenn Santos, teólogo y divulgador en redes me compartió su visión al respecto en uno de los episodios de la temporada pasada de Notas Sueltas.

Escucha el episodio completo aquí.

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