Pero se acerca el tiempo -de hecho, ya ha llegado- cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en Espíritu y en verdad.

«Jesús le contestó: —Créeme, querida mujer, que se acerca el tiempo en que no tendrá importancia si se adora al Padre en este monte o en Jerusalén. Ustedes, los samaritanos, saben muy poco acerca de aquel a quien adoran, mientras que nosotros, los judíos, conocemos bien a quien adoramos, porque la salvación viene por medio de los judíos. Pero se acerca el tiempo —de hecho, ya ha llegado— cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. El Padre busca personas que lo adoren de esa manera. Pues Dios es Espíritu, por eso todos los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.» (Juan 4:21-24 NTV).

Respecto a este pasaje, comenta mi amigo @cristian.elezeta: <>

Y yo agregaría lo siguiente, teniendo en cuenta el trasfondo de la conversación en la que se dio esta afirmación: una discusión sobre conclusiones religiosas (samaritanos vs. judíos) con respecto a una diferencia de interpretación de la Torá (en cuál monte adorar: Gerizim vs. Moriah). La respuesta de Jesús es clara: los modelos religiosos están mandados a recoger, ahora no hay lugares ni situaciones sagradas (como los hotspots donde Dios se manifiesta, de acuerdo a cada religión), sino que Dios busca adoradores permanentes, en espíritu (sin depender de las formas y rituales religiosos) y en verdad (en función de una relación auténtica con él, no de una devoción religiosa).

¿Cómo entiendes tú el adorar en espíritu y verdad?

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