¿Qué significa realmente ser «iglesia»? ¿Cómo le quitamos el peso negativo que tiene para tantos de nosotros hablar de «iglesia»? ¿Será posible resignificar esa palabra para vivenciar una experiencia más parecida a lo que Jesús y sus primeros seguidores tenían en mente al utilizarla? Corporaciones al servicio del mercado se han apoderado de esa terminología cristiana para cultivar dinero, influencia o reinos mundanos de todos los tamaños… ¡el cristianismo no es una franquicia exclusiva para mega-iglesias!

Mientras tanto, muchos que hemos sido desechados por esas estructuras religiosas seguimos preguntándonos si acaso no habrá una manera de vivir la fe desde la marginalidad, a partir de una espiritualidad sana y de un relacionamiento sincero con otras personas que quieren construir el reino de Dios. Mi episodio editorial de este mes viene a cerrar un ciclo de reflexiones y preguntas sobre este tema, que aún no resuelvo, pero que me ayudan a seguir caminando. ¡Espero que lo disfruten!


Temas en la conversación

  • 00:00 | Introducción
  • 04:08 | En qué pensamos cuando escuchamos la palabra «iglesia»
  • 09:01 | Relaciones vs. estructuras: lo bonito y lo feo de las iglesias
  • 13:52 | Por qué necesitamos recuperar la palabra «iglesia» para nosotros
  • 20:12 | ¿Qué hacemos entonces con la iglesia?
  • 27:51 | Vamos a resignificar la palabra «iglesia»

Frases destacadas

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Notas del episodio


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